Las redes sociales son el principal ejecutor del llamado inbound marketing o marketing de atracción. El canal a través del cual la empresa puede conectar con sus audiencias en conversación bilateral, frente a la dirección única de la publicidad. Tanto si es un marketing B2B o B2C, las redes proporcionan a la marca una oportunidad de oro para trabajar tanto su branding como las ventas.
Beneficios de las redes sociales
Muy rápidamente –que del tema se ha hablado largo y tendido-, veamos qué supone el uso de redes sociales en el marco del inbound marketing.
- Canal abierto entre la marca y sus públicos, en el que se trabaja la imagen de marca frente a los stakeholders, se proporciona servicio al cliente y se sondea el mercado.
- Canal que, encuadrado en un marco 2.0 del que forman parte la web de la empresa y elementos como pasarelas de pago digitales, funciona como medio para incentivar la venta.
- Generaremos enlaces extra que mejoraran nuestro SEO (posicionamiento en buscadores).
- Si trabajamos una estrategia de marketing de contenidos, es nuestro vehículo para acercarla hasta los públicos de interés. Cuanto más robusta sea nuestra red, nuestro contenido ganará potencial para generar más visitas y -además de lo que esto pueda derivar- reforzar la autoridad de nuestra web para Google, que le otorgará un mejor posicionamiento.
¿Por qué se rechaza su uso?
Aun así, hay muchas empresas reticentes a embarcarse de pleno en las redes sociales como parte de su estrategia de marketing. Salvando algunas excepciones que pueden ser aconsejables por la sensibilidad del sector, quienes rechazan entrar pueden hacerlo por varias razones:
- Desconocimiento (no ven su potencial o no saben encajarlo en su política).
- Falta de capacitación (no disponen de personal in-house y no quieren contratar a un actor externo).
- Coste (no desean asumir el coste, interno o externo, de realizar una labor adecuada).
Los errores más comunes
Sea como fuere, para aquellas empresas que estén pensado introducirse en redes, o que ya estén en ello, aquí queremos señalar una serie de “pecados” que se cometen habitualmente.
- Presencia indiscriminada: la cantidad de redes es cada vez mayor y hay quien siente la tentación de estar en todas. Igual que en la actividad empresarial, es necesario realizar una labor de segmentación y detectar dónde está nuestro público objetivo. Especialmente importante es distinguir entre redes B2B y B2C.
- Sin estrategia: la estrategia 2.0 debe, en primer lugar, existir. Por supuesto, estar integrada con el resto de estrategias de la empresa (comercial, RRHH, etc.), para que pueda proyectarlas y apoyarlas cuando sea necesario. Cuando una empresa sale al entorno digital sin estrategia, sí que se encuentra desprotegida y vulnerable, pudiendo poner en peligro su imagen de marca.
- Personal no formado: confiar las redes sociales de una empresa a quien no tiene un conocimiento suficiente del ámbito –porque sus labores son otras- o a un conocido –porque sale barato- equivale a desprofesionalizarlas. En un escenario de esta clase, en el mejor de los casos, se desaprovechará el potencial que pudieran tener las redes para la empresa; y en el peor, se cometerán errores que lastren la reputación online.
- Obviar la conversión: la presencia en redes tiene que tener un porqué, y deben establecerse objetivos de desembarco escalonados según nuestras intenciones y recursos. Diseminar la imagen de marca, proporcionar un canal de atención al cliente, potenciar nuestro canal de comercio electrónico, llegar a personas influyentes de nuestro interés… Hay que definir cuál va a ser nuestra “recompensa” y cómo la vamos a obtener.
- Medición errónea: la progresión inmediatamente posterior a “estar por estar” es la de no medir en absoluto nuestros resultados, y desconocer así si vamos bien o nos equivocamos, o medirlo todo compulsivamente, ahogando los indicadores más importantes en un océano de dígitos. Conviene invertir tiempo (y algo de dinero) en conocer las herramientas de medición y tornarlas hacia nuestros propósitos.
- Web obsoleta: de poco sirve desplegar todas las velas en nuestra estrategia de redes si lo que el cliente potencial va a encontrar al pinchar en nuestra web no le va a gustar. Por antigua, por abstrusa, por sobrecargada… antes de poner en marcha una estrategia en redes, asegúrate de que tu empresa cuenta con una web que despierte el interés.
- Vender, vender: aunque la venta puede ser un componente de la estrategia en redes –especialmente a través de lanzamiento de producto o promociones- no puede abarcarlo todo. Para eso ya tenemos la publicidad; esto es una canal de comunicación donde puede aportarse valor, ofrecer soluciones y perspectivas diferentes. La famosa frase de “a la gente le gusta comprar, no que le vendan”, es aquí totalmente cierta.