El lado oscuro del cloud computing: ¿caerás en él?

Quien tiene una nube tiene un tesoro. Hablamos, por supuesto, de cloud computing, o la prestación de servicios a través de una plataforma online que hoy en día tienen contratada muchas empresas. Anteriormente vimos las ventajas que ofrece (reducción de costes, flexibilidad, productividad), pero es conveniente conocer también cuáles son los aspectos donde debe conducirse con precaución.

Seguridad

A día de hoy, la seguridad informática es probablemente el principal asunto que se les viene a la cabeza a muchos responsables de empresa cuando se habla de nubes. Y no es de extrañar, con el flujo regular de noticias sobre robo de datos que tiene lugar a través de los medios. Teniendo en cuenta que no debemos sobreestimar la posibilidad de un ataque informático serio – a menos que seamos una gran corporación-, sí es cierto que mantener agujeros de seguridad es el equivalente en mandarle un “save the date” a un hacker.

Por ello, es necesario conocer cuáles son nuestros requerimientos de seguridad y lo que nos conviene: ¿podemos permitirnos un servidor sólo para nuestra empresa (en lugar de uno compartido)? ¿Resulta confiable la empresa que ofrece el servicio de hosting? ¿Tenemos un profesional que pueda monitorizar la situación y resolver los problemas?

Acceso a los datos

Las amenazas a la seguridad pueden venir también desde dentro. Un descontrol sobre quién accede a los datos de la empresa puede suponer un perjuicio –alguien puede filtrar información a la competencia, por ejemplo, o aprovecharse de ella para fines propios. Puede darse el caso de que, aunque no ocasione un daño directo, alguien vea una información que no está dirigida hacia él (por ejemplo, documentos de la dirección, planes estratégicos, previsiones de despidos, contabilidad etc.).

Es muy recomendable disponer de un sistema de gestión documental profesional que organice quién puede ver qué, quién ha accedido a qué y cuándo lo ha hecho. En caso de no contar con un gestor documental per se, todo sistema de almacenamiento en la nube debe contar con un protocolo de permisos de visionado, edición, y descarga. No obstante, es algo común, que puede encontrarse en nubes de almacenamiento online tan extendidas como Dropbox, Mega, etc.

Acceso seguro a datos

Control de los recursos

Una de las grandes ventajas de la nube es que es un mecanismo flexible, regulable, escalable. Según el tipo de servicio que necesitemos podemos contratar uno u otro formato (almacenamiento, servicios, entorno de programación) y dotarlo de un plan de recursos –espacio, tráfico de datos, número de usuarios, etc.- que satisfaga nuestras necesidades. Fallar en cualquiera de estos aspectos puede pasarnos factura a la hora de pagar la cuenta, hacer que nos quedemos cortos en cuanto al alcance de servicio o provocar un “desbordamiento” digital.

La solución es atención y reflexión. Ni más ni menos. Antes de contratar cualquier plan debemos asegurarnos de qué recursos van a hacernos falta, para no fallar ni por arriba ni por abajo. Consúltalo con el profesional que te está ofreciendo los servicios y, por supuesto, con personal especializado de tu propia empresa si dispones de él. No acaba aquí el asunto: asegúrate de que con el transcurso del tiempo y el uso, el servicio cuenta con suficientes recursos para garantizar su buen funcionamiento o no provocar costes adicionales. Por ejemplo, que no haya más datos almacenados de los contratados para que se produzca un cargo extra, bien porque tenemos el “síndrome de Diógenes” digital o porque algún virus o hacker ha creado archivos dañinos en el hosting.

Realiza copias de seguridad

En legislaciones como la estadounidense se hace referencia a los llamados “Actos de Dios” (Acts of God), lo que aquí podría llamarse situaciones de fuerza mayor. Una feroz tormenta, Inundaciones, un incendio, un derrumbe… No se trata de ser agoreros ni de vivir con el miedo en el cuerpo, pero tampoco cuesta tanto prepararse para una situación de emergencia. Sin perjuicio de que la empresa que te da servicio realice copias de seguridad periódicas de tus datos, y que los proteja almacenándolos en un servidor localizado en un bunker atómico bajo el océano de la Polinesia, toma tus propias medidas. Elige aquellos documentos indispensables y haz copia. Almacénalo en lugar seguro. Nunca se sabe.